Palas de Rei, Arzua, Pedruozo

Portomarin – Palas de Rei.Y si… sacarme el peso de la mochila por unos días, parecía la mejor opción.
Me quedaban mas de 90 Km. para llegar por lo que caminar un par de Km. mas liviana, me haría bien. Me acuerdo que antes de tomar la decisión de despachar la mochila, le comente a Pedro (un peregrino joven, con un físico bien trabajado, de hecho trabajaba como patovica) mi decisión de caminar sin mochila un par de días y me dijo que no, que el estaba cansado, pero que haría lo que quedaba del camino como “debía ser”.
En ese momento me pregunte: ¿Cómo debe ser?, ¿Acaso hay solo una manera de hacer el camino? ¿Cómo debe ser, o como yo puedo hacerlo?, ¿Hay una manera mejor y otra peor o menos valorable?. No tengo respuesta para ninguna de esas preguntas, lo que si tenia claro, es que a mi, me vendría bien descansar de mi mochila unos días, quiero llegar y disfrutar los cuatro días que me quedan para llegar.
Llegar a Palas de Rei fue una fiesta, en realidad, cada día que terminábamos, se convertía en una fiesta, estábamos tan cerca... En Palas aprovechamos el buen humor, compartimos unos mates con Anita, Marc, Carmen y Víctor, caminamos por un parque muy lindo, charlamos con la gente del lugar, y despedimos el día con una cervecita y unos huevos rotos deliciosos.
A la noche de ese día nos encontramos con Pedro, que con lágrimas en los ojos, nos decía que tenía que volver a su casa. Tenia ampollas en los pies, y se la habían infectado y que no podía seguir. Estábamos solo a 60 km de Santiago, y el, ya no podía seguir.
En ese instante conteste la pregunta que me había hecho el día anterior. ¿El camino hay que hacerlo como se debe? O ¿El camino hay que hacerlo como se PUEDE?

Palas de Rei – Arzua. Hoy una etapa larga otra vez, (casi 29 km) bastante cansadora y con un paisaje que no ayudaba. A esta etapa se la conoce como la rompe piernas, quizás por lo larga o por las incansables subidas y bajadas. Como pintoresco de esta etapa, a la mitad de camino, hay un pueblo que se llama Melian, en donde hay una pulpería “Ezequiel” que todo el mundo frena a comer un pulpito. No importa el horario, desayuno, almuerzo o te, es parada obligatoria y hasta yo, que detesto todo bicho que sale del mar, probé el pulpito de Ezequiel, y debo confesar, que estaba bastante bueno.

Arzua – Pedruzo: Ante último día de caminata, llovió sin parar. Por suerte esta era una etapa super corta. En los peregrinos se veía un clima de esperanza, buen humor, en algunos, algo de ansiedad.
Como era ya el ritual de llega a los pueblos, (casi siempre cerca de las 2 de la tarde en mas o menos) luego de pagarnos un baño reparadaror, nos juntábamos en algún restaurante a celebrar una etapa mas cumplida y almorzar algo rico.
Esta vez, pareció no dejarnos satisfechos el almuerzo, y decimos seguir recorriendo el pueblo y visitar algún otro bar., donde nos encontramos con otros peregrinos amigos del camino. Cada vez que esto ocurría, se destapaba una cerveza.
Mañana era nuestro ultimo día, queríamos llegar a la misa del peregrino (a las 12 am) que era donde harían funcionar el botafumeiro asique teníamos que salir  muy temprano, al menos yo, que mi ritmo era mas lento…

Anita me presto una linterna de las que se ponen en la frente y me dijo, Clarita, para que no tengas miedo, mañana vas a salir de noche… (Aclaro que yo dormía en otro albergue)
20km para llegar a Santiago, solo eso rondaba mi mente...

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario